miércoles, 6 de noviembre de 2019

Nuevo inicio

Estos últimos días, meses han sido más que surreales, macabros incluso diría. He pasado de saber lo que me depara el mañana, a tener totalmente incierto el futuro. Que siempre vivimos así, es cierto, pero en nuestras mentes crece una construcción de nuestra realidad, que simplemente nos engaña, adormece, y nos nos deja vivir el presente. Que todo cambia, evoluciona, se aprende, también es eso cierto. Y me digo, que sabemos en realidad? Nos enorgullecemos tanto de que somos especie única en el planeta con capacidades de tanto destrucción como creación, que en realidad es un ínfimo conocimiento el que poseemos acerca de lo que nos rodea. No vengo acá a decir que todo es muy claro, muy al contrario, es más un espacio para desahogarme del diario vivir. Hoy volvía de una entrevista de trabajo y se detuvo mi marcha a causa de un percance en el camino. Es un paraje hermoso para disfrutar, y ya era mi regreso. De ida iba pensando en lo peligroso que sería venir muy cansado y que de pronto cerrar los ojos por un instante sería el último. Y me imaginé que éso sucedió por causas similares. Me detengo a un lado del camino y me presto a acercarme al lugar de los hechos. Todo parecía indicar que fue éso, un descuido al volante, y mientras ayudaba a tirar del mecate atado a la camilla escucho:sí, y es que el camión con el que pegó se dió a la fuga.. Después de unos instantes cabilativos, me dije, es sólo un instante lo que se necesita. Pará dejar de ser lo que somos y vernos de frente con la realidad universal de que somos tan solo una microscópica parte de un toodo tan macro que ni lo logramos imaginar, mucho menos llegar a comprender. Y qué hacemos? Pasar la vida quejándose. Diciéndose: qué podría haber hecho distinto? En lugar de preguntarnos:qué estoy haciendo?

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