Empezaré por un principio. Desde que estaba pequeño tenía mucho discernimiento de mi entorno, siempre he sido una persona observadora. Por ésto mismo se me ve como callado y reservado. En realidad no lo soy, tengo una opinión acerca de casi todo, sólo que no siempre la gente llega a tener la suficiente atención como para preguntarme acerca de esta opinión. Y no sólo éso, cuando la escuchan, no todo el tiempo cae bien o es recibida con escucha activa.
Tengo mis problemas, mis enredos en mi cabeza. Mi paz viene de esta auto-conciencia de todos mis problemas y también saber qué puedo hacer para resolver o no cada uno de ellos.
He dicho y volveré a decir que uno siempre se complica las cosas. A bien es entender lo que no se dice, las palabras no dichas suelen acarrear mucho más significado de las que sí se dicen. Tú escúchale a lo que sin darte cuenta perspiras.
Si te preguntas, no quiero una noche, quiero una vida al lado tuyo, envejecer y seguir abrazándonos como si no hubiera mañana.
Cuando fui creciendo tenía estas visiones en las que encontraba a alguien que no tenía que conocer porque ya nos conocíamos desde antes. Hemos pasado toda la vida cerca y no nos habíamos percatado. El que de pronto sea recíproco es porque has caído en cuenta de. Yo aquí estaré.
Desde el día que me lo comentaste sentí un peso levantarse, lo he interpretado como un "hasta que al fin!". No hago otra cosa que pensar en el tiempo que nos ha tomado encontrarnos, nos debemos a la vida darnos el chance.
Si tienes que resolver resuelve, yo aquí estaré, inhalando fuerte y exhalando despacio y largo, esperando a que me tomes de la mano y nos demos ése chance que ambos merecemos.
