Nunca nadie te prepara,
todo es un día, un instante.
Lleno de silencio y humedad.
Arribas al mundo e inician las decisiones.
Qué comer, cuándo comer, a quién comer.
Culpable es el viento por soplar,
o el granjero, el granjero que ha olvidado
sus aspas guardar ante el vendaval.
Nada debe el universo al individuo,
más éste reclama por sus trivialidades.
La tormenta pasa arrasando de raíz grandes fornidos.
Todo queda en silencio.. Percibo algo..
Qué será..?
Tembloroso pero firme mi paso avanzo,
cómo te has dejado atrapar..
Cómo te aferras a tierra movediza.
Pregúntate.. No te toca, no es tuyo ése peso.
- continuará -
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