Tanto tiempo, tan solo,
todo para terminar a medias
el destino de un pobre cholo;
recuerda solo con cita previa.
He aquí al desahuciado llorando,
inventando prosa de la papelera de reciclaje
resistiendo los golpes del ir andando
por el mundo sin pasaje.
Todos tienen paciencia!
Aun, todos ríen y todos lloran!
Llorar por que el mañana viniera
y reír a las aves que vuelan.
Es lo que hay en la noche,
o el rocío que penetra en la mañana
por aquella a la que mi corazón hace derroche,
siempre se desenmascara esta vil patraña.
Que ritmo y rima más estrechos,
pero firmes cual cirugía al pecho.
Al lector le dedico esta velada
al darse cuenta de no entender nada.
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